Este informe, editado por la agencia de calificación crediticia de la industria aseguradora A.M. Best, efectúa una revisión de los diversos sistemas de aseguramiento de catástrofes naturales en Europa, haciendo especial hincapié en el riesgo de inundación que es el que más daños produce. Tras un análisis global de los sistemas de aseguramiento de catástrofes naturales, de su naturaleza y coberturas, se centra particularmente en los casos de Francia, España, Reino Unido, Alemania e Italia. Los dos primeros cuentan con instituciones públicas específicas, el tercero es un nuevo sistema recién puesto en operación, compartiendo con los anteriores distintos grados de asociación público-privada, y los dos últimos no disponen de sistemas específicos para el aseguramiento de catástrofes, siendo éste asumido directamente por el mercado privado.
El informe aborda las cuestiones que ordinariamente surgen en los foros internacionales que analizan el papel del seguro de catástrofes naturales:
¿Debe ofrecerse este tipo de seguro exclusivamente por el sector privado o caben alternativas con participación pública? ¿Esta intervención pública debe ser permanente o puntual y transitoria? ¿Obstruye esta participación el desarrollo del mercado privado o constituye un factor de estabilidad? ¿La prima del seguro de catástrofes debe basarse exclusivamente en el nivel de riesgo del asegurado, de modo que ésta sea una señal del nivel de riesgo y anime al asegurado a adoptar medidas de auto prevención y mitigación, o bien debe calcularse globalmente, incluyendo algún criterio de solidaridad entre los asegurados, de modo que la prima sea asequible y se extienda la masa asegurada, evitando la antiselección de riesgos? Y, finalmente, para lograr esta alta tasa de penetración necesaria que propicie la viabilidad de la cobertura de catástrofes naturales, ¿hay que aplicar algún grado de obligatoriedad?
La primera conclusión es que no hay una solución única, y que ésta dependerá de cada mercado, de su coyuntura y de su evolución histórica. Los autores argumentan, sin embargo, que la penetración del seguro de catástrofes es sensiblemente mayor en aquellos países que cuentan con sistemas específicos para la cobertura, reduciendo así la carga sobre los presupuestos de las administraciones que deben, ex post, hacer frente a los costes, enviando indirectamente, además, al ciudadano el mensaje de que el seguro es innecesario.
En todo caso, subraya la importancia de los mecanismos de colaboración entre los gobiernos y el sector asegurador privado, en forma de asociaciones entre ambos; del papel complementario de los sistemas aseguradores de catástrofes naturales con participación pública; de la existencia de incentivos y límites para evitar la antiselección de riesgos y de marcos técnicos consistentes para asegurar la estabilidad financiera de los sistemas a largo plazo.
Se llega también a la conclusión de que mercados como el francés o el español tienen una volatilidad menor y una estabilidad interanual mayor que la de sus homólogos europeos, por lo que los sistemas para la protección aseguradora frente a catástrofes naturales suponen un efecto estabilizador de los mercados nacionales. En el caso español, además, destaca que no hay signos de entorpecimiento de la competencia al sector privado, no presentando el sistema de aseguramiento de riesgos extraordinarios problemas de antiselección, debilidad o inestabilidad financiera a largo plazo.