Existe la percepción de que los fenómenos de inundación que más impacto tienen en España son los relacionados con las depresiones aisladas en niveles altos (DANA) o gotas frías, hacia finales del verano y principios del otoño. Episodios como las inundaciones del País Vasco de agosto de 1983, que sigue siendo la siniestralidad más costosa en la historia del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), las inundaciones de la Comunidad Valenciana de 1982 o la reciente DANA de septiembre de 2019 parecen reforzar esta impresión.
Con el presente artículo pretendemos comprobar si esa percepción tiene un soporte real a través de las indemnizaciones pagadas por el CCS en las denominadas inundaciones más significativas. La razón de seleccionar solamente estos eventos de mayor relevancia, se explicarán más adelante los criterios, es simple: va mucho más allá del alcance de este artículo realizar un análisis pormenorizado de todas las siniestralidades por inundación para clasificarlas según su origen meteorológico, por lo que nos limitaremos a este número reducido que, no obstante, son las inundaciones que han tenido mayor impacto económico.
En los últimos 24 años (serie 1995 – 2018), el CCS ha asumido las siguientes siniestralidades por inundación (sin incluir los embates de mar en la costa): en daños patrimoniales –daños en los bienes y pérdidas pecuniarias– ha gestionado 546.212 tramitaciones y ha pagado y provisionado un total de 3.431.289.982 euros –en importe nominal–, que resultan en un coste medio por tramitación de 6.282 euros. Si esa cantidad se actualiza con los IPC anuales correspondientes, resulta un total de 4.074.590.394 euros actualizados a 31 de diciembre de 2018, resultando un coste medio por tramitación de 7.460 euros. Estas últimas cifras son comparables con la publicación del CCS “Estadística de Riesgos Extraordinarios, Serie 1971-2018”.
En cuanto a daños personales, en este periodo entre 1995 y 2018, el CCS ha indemnizado por inundación a 157 víctimas (incluyendo heridos y fallecidos). No se refieren aquí las cifras económicas porque, al depender estas de los capitales asegurados en pólizas de accidentes y de vida-riesgo contratados por cada víctima, estas no son significativas y pueden variar mucho según los casos.
Todos los datos, salvo que se indique lo contrario, muestran la situación a 30 de octubre de 2019, con expedientes declarados y no denegados.
La definición de lo que se entiende por evento significativo no siempre es fácil de establecer. Lógicamente los elementos esenciales han sido: (i) los días de afección consecutivos y aislando fenómenos diferentes; (ii) la zona geográfica, que puede ser muy amplia o muy localizada, dependiendo de las circunstancias; y (iii) los importes económicos, que tienen que tener una especial relevancia.
Una vez seleccionados los eventos significativos, se han extraído las víctimas con daños personales asociadas a los mismos.
Esto ha hecho que el evento ocurrido en Biescas (Huesca) el 7 de agosto de 1996 no aparezca como un evento seleccionado, ya que los daños materiales no fueron cuantiosos, pero sí los daños personales (49 víctimas indemnizadas por el CCS, en su mayoría fallecidos).
Los eventos se han clasificado en dos grupos: aquellos cuyo origen meteorológico corresponde a una situación de depresión aislada en niveles altos y aquellos que tienen otro tipo de origen (depresiones que llegan a la superficie, las típicas borrascas o inundaciones producidas por fenómenos convectivos de mayor o menor extensión). Se han estudiado, analizado y comparado con el objetivo de concluir cuáles son las diferencias más relevantes en los daños entre ambos tipos de origen.
Los eventos más significativos seleccionados han sido los siguientes:
Por tanto, del total de indemnizaciones causadas por inundación (no por embate de mar) producidas en la serie de referencia, el total de eventos significativos suponen el 39 % de daños patrimoniales y el 27 % de las víctimas. De este 39 % sobre el total indemnizado en este periodo de 24 años correspondiente a los eventos más significativos, el 72 % del total de los daños y el 63 % del total las víctimas han sido producidos por danas, lo que parece corroborar la impresión inicial.
A continuación se analizan y comparan los dos tipos de eventos (los importes económicos se expresan en euros actualizados), separando los daños patrimoniales de los daños a las personas.
En cuanto a los daños patrimoniales, y dentro siempre de estos eventos de especial relevancia, el evento medio producido por DANA es más caro (50 millones de euros) que el evento medio de inundación producido por cualquier otra causa (35 millones de euros). También las grandes inundaciones producidas por DANA generan mayor número de reclamaciones, aproximadamente 6.000, que las generadas por otro tipo, aproximadamente 2.400. La combinación de ambos factores, costes medios por evento y número de reclamaciones medias por evento hace que, sin embargo, el coste medio por reclamación en eventos de no DANA sea superior al de eventos de DANA (14.600 euros frente a 8.600 euros, respectivamente). La causa se puede deducir de las tablas y gráficos contenidos en la Figura 1.
Atendiendo a la distribución de las cuantías abonadas por clase de riesgo, las situaciones de DANA suelen afectar a mayor proporción de viviendas (33 % de las pérdidas y 55 % de las tramitaciones) y de automóviles (11 % de las pérdidas y 26 % de las tramitaciones) que las de no-DANA, en las que los daños en viviendas suponen un 22 % de las pérdidas y un 50 % de las tramitaciones y los automóviles solo un 7 % de las pérdidas y el 24 % de las tramitaciones. Dado que los daños en viviendas y automóviles son menos costosos de media, que los daños a comercios, industrias e infraestructuras, el mayor peso relativo de estos últimos en situaciones de no-DANA hace aumentar el coste medio por siniestro en estos casos.
Figura 1. Comparación de coste y tramitaciones de las indemnizaciones del CCS por daños patrimoniales en las situaciones más relevantes entre 1995 y 2018 entre las que han tenido su origen en una DANA y las que no.
Además de la desigual distribución de las tramitaciones por clase de riesgo, se observa que su coste medio es siempre inferior en danas respecto a la misma clase de riesgo de los eventos no originados por danas, con la excepción de las obras civiles que son poco significativas en términos relativos.
Si el estudio de los daños patrimoniales indemnizados por el CCS en estas situaciones de especial impacto se hace por tramos de indemnización, las conclusiones, que aparecen en la Figura 2, son similares: hay una desviación en situaciones no originadas por DANA hacia siniestros más costosos.
Figura 2. Porcentaje de las cuantías indemnizadas por el CCS según siniestro y tramo de indemnización en situaciones de DANA y no originadas por DANA (1995-2018).
Se pasa ahora al estudio de la distribución geográfica de estos dos tipos de grandes eventos de inundación. Los mapas de la distribución provincial de las desviaciones estadísticamente significativas sobre la media de eventos (Figura 3) dejan pocas dudas de que los eventos originados por DANA generan daños en las zonas litorales, muy en particular en la costa mediterránea. Sin embargo, los producidos por otras causas se sitúan primordialmente en las áreas más occidentales del país, el Golfo de Vizcaya (grandes borrascas o pasos de frente muy activos) o en el eje del Ebro, como consecuencia de las crecidas de este río. Conviene insistir aquí en que estamos haciendo referencia solo a un número reducido de eventos, que son los de mayor cuantía e impacto, por lo que se pierde la huella de tormentas u otros fenómenos convectivos más localizados pero, aun así, la distribución resultante es bastante ilustrativa de la diferente naturaleza de ambos fenómenos.
Figura 3. Distribución por provincias de la mayor frecuencia relativa de grandes inundaciones producidas por DANA o por otras causas.
Si se agrega la información de los daños totales causados por estos eventos más significativos según comunidades autónomas, el resultado aparece en la Figura 4, en la que se aprecia que, del colectivo de las inundaciones más significativas, todas las de las comunidades autónomas de Murcia, Cataluña, Islas Baleares e, incluso, Canarias han sido causadas por DANA. Igualmente un porcentaje muy alto de las inundaciones más importantes de la Comunidad Valenciana han tenido esta causa. Por el contrario, todos los episodios de inundación más importantes de este último cuarto de siglo en Galicia, Extremadura o Aragón, así como un porcentaje mayoritario de las de Andalucía, País Vasco y Asturias, se han debido a otra causa.
Figura 4. Porcentaje sobre el total de las indemnizaciones del CCS por las inundaciones más significativas producidas por DANA o por otras causas atmosféricas en el periodo 1995-2018 según comunidad autónoma.
En cuanto a la distribución temporal, si se agrupan las cantidades indemnizadas por mes de ocurrencia en esta colección de episodios, también se aprecia un claro sesgo de las situaciones de DANA hacia los meses de septiembre y octubre (que juntos suponen el 73 % del total), mientras que la mayoría de los daños (el 58 %) por situaciones con otros orígenes se dan en meses correspondientes a finales del otoño o del invierno aunque, como corresponde a la heterogeneidad de posibles orígenes, también su dispersión es mayor a lo largo del año.
Figura 5. Distribución mensual del total de las indemnizaciones del CCS por las inundaciones más significativas producidas por DANA o por otras causas atmosféricas en el periodo 1995-2018.
Si nos referimos a los daños personales, el número medio de víctimas indemnizadas por el CCS es idéntico, tanto en situaciones con más impacto producidas por danas, como con otro tipo de origen: 1,2 víctimas por evento.
La situación que motiva este estudio, y este número de la revista Consorseguros, es el episodio de inundación producida por la DANA que afectó, principalmente, al cuadrante suroriental peninsular entre el 10 y el 15 de septiembre de 2019. A fecha 11 de diciembre de 2019, el importe total estimado para esta siniestralidad es de 505,6 millones de euros, en un total de 67.531 solicitudes de indemnización registradas en el CCS. Se trata de la siniestralidad por inundación con mayor número de tramitaciones en la historia del CCS y de la segunda en cuantía económica en todo el registro histórico, aunque supera por mucho a cualquiera de los grandes eventos de inundación considerados en el periodo de estudio de este trabajo, 1995-2018. Como se aprecia en la Figura 6, el 91 % de los daños estimados por el CCS se reparten entre la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana (su mayor parte en la provincia de Alicante). Comparando el perfil de los daños según clase de riesgo (Figura 6 inf. izq.) con el perfil medio (1995-2018) de las situaciones significativas generadas por DANA (Figura 1 centro izq.), en este caso los daños en viviendas han sido superiores a la media (39 % frente a 33 %), en comercios inferiores (21 % frente a 28 %), en industrias inferiores (17 % frente a 23 %) y superiores en vehículos (17 % frente a 11 %) y obras civiles (5 % frente a 3 %). Lo realmente extraordinario de este caso ha sido el número de reclamaciones, más de diez veces superior a la DANA significativa media, y el coste total, diez veces superior a la DANA significativa media. Sin embargo, el coste medio por reclamación, 7.487 euros, se ajusta bastante bien a la media de las danas significativas, 8.631 euros, ajuste que aún sería mayor cuando puedan considerarse no las reclamaciones registradas sino las registradas y no denegadas. Además, en este episodio el CCS ha recibido solicitudes de indemnización por daños personales a 18 víctimas.
Figura 6. Principales magnitudes económicas de la DANA del 10 al 15 de septiembre de 2019 (a fecha 11.12.19).
Después de este evento, se ha producido otra inundación por DANA en octubre de 2019 en Cataluña, que ha generado unas 5.800 solicitudes de indemnización al CCS, estimando un coste total de unos 60 millones de euros. Este episodio, a la vista de los datos medios para el periodo 1995-2018, podría considerarse como un evento de DANA significativa muy ajustado a los valores medios.
En conclusión, las depresiones aisladas en niveles altos, que tienen más impacto en el litoral mediterráneo peninsular a finales de verano y comienzos del otoño, son los eventos responsables de la mayor parte de las situaciones de inundación más significativas, siendo la causa de más de dos de cada tres euros indemnizados por el CCS en las grandes siniestralidades de inundación.