El Real Decreto 1053/2015, de 20 de noviembre, aprueba la Directriz Básica de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos. En esta directriz se establece la necesidad, por parte de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE), de determinar la peligrosidad del litoral español ante maremotos para poder establecer en qué ámbitos territoriales es imprescindible, aconsejable o innecesario elaborar planes específicos de protección civil ante este riesgo.
Con este motivo, la DGPCE, tras el correspondiente concurso, adjudicó a la UTE Proes Principia un estudio de la peligrosidad frente a maremotos en las costas españolas. La DGPCE publicó los resultadoshttp://www.proteccioncivil.es/documents/20486/412575/inf_1125Rev1/b818c97f-760f-4954-b73b-c72ebafa36e5" data-original-title="" data-placement="top" data-toggle="popover" title="">(1) en febrero de 2017. Se trata de una aproximación cualitativa al problema que, pese al breve plazo disponible para su realización, ha obtenido resultados muy interesantes.
El estudio comienza con la identificación de fallas activas en el cuaternario, a partir de información suministrada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que podrían generar terremotos susceptibles de originar un maremoto que afecte a las costas españolas. Se fijó en 6,5 el límite inferior de magnitud sísmica susceptible de generar un tsunami, seleccionando únicamente aquéllas con tipos de rotura normal e inversa, que son los que pueden generar movimientos de placa verticales en el fondo marino. Así, se identifican 8 zonas potencialmente tsunamigénicas:
1. Cabo de San Vicente-Golfo de Cádiz
2. Costa mediterránea española
3. Argelia
4. Sicilia
5. Islandia
6. Dorsal atlántica
7. Canarias
8. Caribe
Se partió de una serie de supuestos -rotura de falla lineal a lo largo de toda la longitud de la misma- y de correlaciones entre magnitud sísmica y deslizamiento de la placa para establecer la relación entre el terremoto en el fondo marino y el subsiguiente maremoto.
Posteriormente se modelizaron los maremotos utilizando el modelo numérico Delft3d-FLOW, que permite el uso de mallas anidadas ajustadas a las batimetrías (cartografías del fondo marino) disponibles y a la resolución necesaria. Para esta fase del estudio se ha utilizado información batimétrica procedente de distintas bases de datos nacionales (Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Instituto Español de Oceanografía, Instituto Hidrográfico de la Marina e Instituto Geográfico Nacional) e internacionales (EMODnet y GEBCO), con distinta resolución.
A partir de la información sísmica y batimétrica se han generado maremotos con el modelo numérico mencionado, seleccionando siempre el peor escenario posible –por ejemplo, integrando la simulación de las mareas con las de los maremotos de modo que éste último se produzca siempre en el momento de la pleamar-. Las simulaciones se han validado con los efectos estimados del maremoto generado por el “terremoto de Lisboa” de 1755, que es el tsunami histórico más grave que ha afectado a España.
Los resultados finales se integran en un mapa general que representa la elevación máxima que, según este estudio determinista y sus suposiciones iniciales, podría alcanzarse en la costa española por efecto de un maremoto.
Los principales resultados son que las mayores elevaciones se podrían producir en la costa atlántica andaluza y en las Islas Canarias, con valores potencialmente superiores a 8 m y tiempos de llegada de alrededor de 1 hora. En la costa oriental andaluza también podrían producirse maremotos del orden de hasta 5 m y tiempos de llegada del orden de 20-30 minutos. En el resto de la costa mediterránea y Baleares podrían producirse maremotos del orden de hasta 1-2 m de altura procedentes de fuentes diversas y otros, más locales, producidos por fallas pequeñas muy próximas a la costa, con alturas máximas de ese orden o algo superiores, pero con tiempos de llegada prácticamente instantáneos. De la costa atlántico-cantábrica, solo en Galicia podrían alcanzar los maremotos de 2 m de altura, generados por terremotos de elevada magnitud en la zona 1, y tiempos de llegada superiores a 1 hora. En el resto del litoral cantábrico no se esperan tsunamis superiores a 50 cm, siendo sus tiempos de llegada del orden de varias horas.
Se trata, pese a las limitaciones que los propios autores reconocen, de un estudio muy interesante y, en gran medida, pionero, sobre el peligro de tsunami en España, que deberá complementarse con otros más específicos y de mayor detalle, y que servirá para que las distintas administraciones autonómicas y locales puedan comenzar a desarrollar sus propios planes de gestión de emergencias por maremoto.